Informe actualizado del Balance Hídrico Nacional  concluye que existe una progresiva disminución de la cantidad de precipitaciones y del nivel de los caudales de los ríos de la zona norte y centro del país, desde 1985.

Chile se ha ido secando y cada vez hay menos agua disponible en la zona norte y centro del país. La cantidad de declaratorias de emergencia agrícola por falta del recurso, vigentes en pleno invierno, como la recientemente entregada para la Región Metropolitana, es una evidencia más de una realidad reconocida por la comunidad científica y las autoridades.

Pero no se sabía con datos objetivos cómo se ha producido este fenómeno en las últimas décadas, ni cómo se han ido secando las distintas regiones del país.

            Hasta ahora, cuando la Dirección General de Aguas (DGA), dependiente del Ministerio de Obras Públicas, reveló los resultados del Balance Hídrico Nacional para las zona norte y centro del país, entregando datos precisos sobre la disminución de las precipitaciones y de los caudales superficiales de los ríos en las principales cuencas del país, entre Arica y El Maule, respecto del nivel de agua disponible en el período que va entre 1985 y 1995.

Así es como se descubrió que la cuenca del Río Copiapó es una de las más afectadas por la disminución de sus caudales: mientras entre 1995 y 2005 la disminución de las aguas superficiales alcanzaba el 36% respecto de la década anterior, entre 2005 y 2015 el déficit superaba la mitad.

En tanto, en la Región Metropolitana, el caudal del río Maipo – que cruza por San José de Maipo, Pirque y Puente Alto- ha retrocedido casi un cuarto de su nivel promedio de dos décadas atrás, mientras que en la zona la cantidad de agua lluvia caída ha disminuido en un 19% en este mismo periodo.

De acuerdo con los datos de la Dirección General de Aguas, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, el agua que consume Santiago depende en un 88% del Maipo. Los glaciares aportan cerca de un 10% del caudal hídrico anual del río Maipo en promedio. Pero en un año de sequía pueden aportar hasta el 60% del agua.

Marcela Mella, miembro de la organización No Alto Maipo, afirma que “quienes vivimos en el Cajón vemos como cada vez baja menos agua en el Río Maipo. Este es especial porque no se abastece de las lluvias, sino de las reservas de nieve y cada vez hay menos. Eso, sumado a que el agua está siendo cooptada por la represa y a la extracción de áridos en el lecho del río, va a provocar que la situación sea cada vez más grave (…) La situación es dramática pensando en que cada vez vive más gente en Santiago”.