El turismo y patrimonio de Pirque recibieron una amistosa mano internacional, de un personaje que realiza un trabajo muy peculiar, que fue recibida con agrado por parte del Alcalde y la comunidad en general.

Rafael González, ingeniero español que se acercó al alcalde Balmaceda para ofrecer sus trabajos de reparación, se encargó de volver a poner en marcha el histórico reloj del Torreón municipal y capacitar a funcionarios, para terminar la noble labor de reparar el patrimonio histórico del lugar que visita.

Rafael aprovechó todos sus momentos libres, puesto que estaba en nuestro país dictando charlas de capacitación, en dejar todo preparado para que el Torreón pueda volver a funcionar correctamente. Razón por la que esta semana el Alcalde Cristián Balmaceda entregó, en nombre de toda la comuna, un reconocimiento por el aporte a la arquitectura histórica de Pirque.

Las agujas del torreón no funcionaban desde 1985, luego que el terremoto de ese año las estropeara. El reloj fue adquirido en 1980, proveniente de la antigua Parroquia de San Ramón, ubicada en Los Leones con Providencia, e instalado por el arquitecto pircano Exequiel Fontecilla.

El Alcalde Balmaceda expresó acerca del ingeniero español, que “reunirse con Rafael González quien ofreciera esta oportunidad gratuitamente, es realmente muy simbólico. El reloj dejó de funcionar cuando mi padre era alcalde y hoy vuelve a la vida conmigo. Estoy inmensamente agradecido que se haya fijado en esta pequeña comuna, que haya querido conocerla y dejarnos este regalo a todos los pircanos”.

NO TAN CUERDO, PERO CON LA MISIÓN DE DAR CUERDA

Rafael, al ser consultado por la principal motivación que lo lleva a realizar estas reparaciones, no duda en responder -entre risas- que se debe “quizá a que no esté cuerdo, ya que en los años en que vivimos a nadie le importa un reloj, todos llevan la hora en la muñeca o en el celular y nadie mira hacia arriba”.

“Como viajero frecuente desde hace 9 años y por unos 15 países; cuando llevas un mes fuera de casa extrañas el trato humano. Por ello al menos algún fin de semana intento hospedarme en zonas rurales como de dónde yo provengo (Fuenteheridos, pueblo de 700 habitantes, ubicado en la provincia de Huelva)”. Esta es la razón por la que Rafael dio con Pirque.

                Pirque ofrece al viajero esa tranquilidad y seguridad. El local; pircano, disfruta de todo eso es igual no lo valora.

En cuanto a lo que ejerce y a su pasatiempo, el reparador español agrega que “hay una relación entre mi profesión y el nombre que le he puesto a mi hobby: “despertar dormidos o resucitar muertos”, puesto que en mi trabajo nos encargamos de fabricar defensas camineras, las defensas de seguridad de las carreteras, labor que en definitiva sirve para salvar vidas. Por ende, entre mi hobbie y mi trabajo hay una estrecha relación, dar continuidad a la vida”.  

“Hay un abandono y olvido grande de los patrimonios históricos, imagina que nuestros padres y abuelos se guiaban por estos relojes, así que restaurar estos patrimonios, para mí, es salvar un poquito la historia y la memoria de relojes que nos conocen y nos ven como sociedad, y eso es muy importante”.

Rafael González volvió a España este jueves, pero no quiso irse sin despedirse afectuosamente de los amigos que hizo en el municipio, y solicitar que se hiciera una mención especial a Hotel Pirque (Parque Real 8), donde supieron entregarle un cálido hospedaje, trato que le hizo sentirse en casa.

(Nota y fotografías en edición impresa de sábado 28.9.19)