En su vida ligada al Ejército, siempre formó parte de las Bandas de Guerra de los Regimientos, desarrollando así su gran talento artístico.

En la reciente ceremonia que se llevó a cabo en el Salón de la Municipalidad de Puente Alto en el contexto del cierre del Programa “Lazos”, se destacó la presentación artística de don Nelson Muñoz, adulto mayor saxofonista, vecino de la Villa El Alba.

Su manejo con el instrumento dejó asombrado al público, entre ellos autoridades presentes. A sus años, demuestra una gran pasión por la música, arte que lo ha acompañado toda su vida -lo que complementó con su trabajo en el Ejército- llevándose grandes aplausos.

Oriundo de Chimbarongo, e hijo de padre agricultor y madre químico farmacéutica, don Nelson cuenta que cuando fallecieron sus “viejitos” fue su hermana mayor quien se hizo cargo, criándose junto a la alcaldesa de Santa Cruz, quien era amiga de su progenitora, ingresando a estudiar a la Escuela Hogar N°15 de dicha localidad.

Ya de pequeño, comenzó a demostrar un interés por la música, siendo el primero de la familia en desarrollar dicha afición, a la vez que ingresaba a hacer carrera en el Ejército.

“Tomé cursos de música en la Escuela de Telecomunicaciones”, recuerda. “Comencé con teoría y luego elegí  el instrumento que deseaba interpretar, que finalmente fue el saxofón, que me fascina. Luego fui destinado al Regimiento Blindado de Caballería en  Antofagasta, yéndome con todos mis instrumentos, siendo músico de la banda. Allá me casé y tuve a mis hijos”, agrega.

SU PASO POR EL REGIMIENTO FERROCARRILEROS DE PUENTE ALTO

Con el tiempo, don Nelson sería enviado a la capital, donde ascendería por esos años al grado de Sargento. “Siempre fui parte de las Bandas de Guerra. Era uno de los encargados de despertar por la mañana a los cadetes… ¡íbamos calladitos!,  tocábamos y salían todos corriendo”, señala en entre risa.

Su relación con Puente  Alto ya comenzaría por principios de los ‘80, pues por esos años ejerció funciones en el Regimiento de Ferrocarrileros, llegando a ser el Director  de la Banda del recinto, lo que indica, no fue tarea fácil.

“Cuando llegué, no existía banda en el Regimiento. Hablé con el Coronel y me dijo que los instrumentos estaban  guardados, que yo solo iba a cumplir funciones de ronda y servicios de guardia. Yo le dije que me apasionaba la música. Lo catetié tanto, que al final pude rearmarla, junto a demás oficiales. Ensayamos, nos aprendimos los temas y todo.  Recuerdo la primera vez que salimos a tocar a la Plaza de Puente Alto… ¡la gente quedó sorprendida! Nos aplaudieron, y felicitaron, pues esa tradición se había perdido en la comuna por esos tiempos”.

Ya jubilado, con el grado de Suboficial Mayor y tras haber pasado también por la Banda de Guerra de la Escuela Militar Bernardo O’Higgins, a petición del alcalde de Melipilla forma un conjunto musical integrado por niños de la comuna. “Giramos por casi todo el país, llegamos al sur, hasta Castro. Fue una muy linda experiencia, ies los pequeños me entregaron mucho cariño”, dice con emoción, agradecido de todo lo que la música le entregó, y sigue entregándole en su vida: momentos llenos de alegría y felicidad.